Era un niño que solía pedir que lo dejaran morir. Cuando el asma no le permitía respirar con normalidad, era recluído en el interior de la casa que habían comprado, por su salud, en la Pcia de Córdoba , Argentina.
Entonces, sin poder salir a jugar como el resto de los niños, aprendió a leer a antes de los 5 años y además, le enseñaba a leer a su niñera y le tomaba exámen de cada tarea que le daba, casi a diario. Nunca fué un a criatura como el resto. Poco a poco les iré contando estas facetas, tan desconocidas del que luego fuera el hombre más conocido en la historia de Cuba y de otros paises en los que él intervino, para poder ayudarlos a salir del colonialismo.
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